MONS. MUNILLA HABLA
DE LA EDUCACIÓN
CRISTIANA CON MOTIVO DE LA FIESTA
DE SAN IGNACIO DE
LOYOLA
Homilía pronnciada por
Mons. José Ignacio
Munilla en la
Basílica de Loiola. A esta Eucaristía, como todos los
años, han acudido representantes de las
instituciones vascas, con el Lehendakari Urkullu a la cabeza.
San Ignacio en
la escuela
(Loyola, 1 de
agosto de 2017)
Querida comunidad de jesuitas, sacerdotes concelebrantes,
fieles devotos de San Ignacio; un saludo especial a las autoridades públicas
que habéis tenido la deferencia de acompañarnos:
La solemnidad de
nuestro Santo Patrono San Ignacio nos convoca un año más en esta Basílica de
Loyola, con la conciencia de que nuestro camino no lo realizamos en solitario,
sino compartiendo la experiencia de otros peregrinos de la vida; al tiempo que caminamos
orientados y asistidos por algunas referencias luminosas, como es el caso de
San Ignacio para nosotros.
Deseo hacer
referencia a un pasaje de la vida de San Ignacio en el que pocas veces fijamos
la mirada. Me refiero al Ignacio estudiante, de casi cuarenta años de edad, que
se sienta en un pupitre rodeado de niños y adolescentes, en el colegio de
Monteagudo de París, para reforzar sus conocimientos de gramática, retórica y
métrica. Los estudios superiores en la Sorbona de París requerían de unos
fundamentos previos, de los que Ignacio carecía en ese momento. Los respetos
humanos no habían de ser un obstáculo en su camino. Así lo dice en su
Autobiografía: «Y estudiaba con los
niños, pasando por la orden y manera de París».
Queridos hermanos,
en el curso pastoral ya concluido, 2016-2017, los obispos de Pamplona y Tudela,
Bilbao, Vitoria y San Sebastián, hemos hecho pública una carta pastoral sobre
los desafíos contemporáneos de la educación, con el título de “Me enseñarás el camino de la vida”,
conscientes de que ésta es una cuestión nuclear de cara a la construcción de
una sociedad humana, justa y fraterna.
La Iglesia ha
ofrecido a lo largo de los siglos un servicio ingente en el campo educativo. Si
bien es cierto que en nuestros días la sociedad dispone de abundantes medios
para afrontar el reto educativo, pensamos que la inspiración cristiana en la
tarea educativa sigue siendo de gran importancia; tal vez, más que nunca.
Alguien dijo que solo hay educación cuando la virtud y la cultura van de la
mano. Más aún, me atrevería a decir que la educación es la combinación de
cuatro factores: 1.- Amor estable, en la familia y en la experiencia de la
amistad, 2.- Respuesta a las preguntas últimas por el sentido de la existencia,
3.- Instrucción y práctica de las virtudes, y 4.- Enseñanza de contenidos. Sin
duda alguna, la inspiración cristiana es decisiva en estos cuatro aspectos,
especialmente en los tres primeros.
La primera
aportación que hace el cristianismo al campo educativo, tal vez sea su
compromiso con una filosofía realista, necesaria para superar la indiferencia y
el relativismo. Así lo dice la Carta pastoral: «En un tiempo caracterizado por lo que se denomina la “posverdad”, es
decir, la renuncia a la propia capacidad del ser humano para conocer la verdad
y la realidad de las cosas, llegando a la convicción de que no existe la verdad
ni una auténtica capacidad de la razón humana para buscarla y encontrarla; una
verdadera educación cree en la capacidad del ser humano de conocerla y le
capacita para comprender la realidad, penetrar en ella y colmar el deseo de
verdad inscrito en su corazón. Precisamente puede definirse la razón como
apetito de verdad, elemento irrenunciable para desarrollar una vida y una
sociedad verdaderamente humanas.» (Nº 15).
Una segunda
aportación clave del cristianismo a la tarea educativa en el momento presente,
es la referente a la educación en el amor humano, que integre adecuadamente la
afectividad y la sexualidad. Sin una visión integrada de la afectividad, la sexualidad
y el amor, la tarea educativa está condenada al fracaso. Transcribo otro
párrafo de la mencionada Carta: «La tarea educativa abarca también la dimensión afectiva y
sexuada del ser humano, integrada en la vocación al amor que da plenitud a
nuestra existencia. Ante la proliferación del erotismo, la pornografía, la
banalización de la sexualidad, las faltas de respeto, las actitudes machistas,
la violencia en el hogar, que generan gran
sufrimiento y terminan en tantos casos con el trágico y deleznable asesinato de
mujeres y de menores, una verdadera educación afectivo sexual, basada en la
dignidad, el respeto, el afecto, el amor y la responsabilidad, se hace
particularmente necesaria en el contexto actual.» (nº 16).
Y, por último, una tercera aportación
clave, desde el humanismo cristiano, al hecho educativo, es el subrayado del
reconocimiento del derecho-deber primigenio de la familia hacia la educación de
los hijos. Si bien es cierto que en teoría nadie se atreve a cuestionar este
principio; en la práctica, por la vía de los hechos consumados, es obvio que
caminamos hacia un cada vez mayor intervencionismo público, que limita, e
incluso usurpa en ocasiones, el derecho-deber de los padres hacia la educación
de sus hijos. Quiero hacer una mención expresa a un caso acontecido este
verano, que ha supuesto una gravísima violación de este principio. Me refiero al
dictamen del Tribunal de Estrasburgo que sentenció la eutanasia para el bebé
británico Charlie Gard, imponiendo tal criterio contra la voluntad de sus
padres. La sociedad europea ha asistido impasible a este drama, sin la
conciencia necesaria de lo que supone que nuestro máximo órgano jurídico se
arrogue el derecho último sobre la vida de un niño, por encima del criterio de
sus padres. El Papa ofreció sin éxito que el niño pudiese ser trasladado al
territorio del Vaticano, en medio de un mutismo clamoroso de las autoridades
políticas europeas.
Insisto, una aportación clave de la
Iglesia al hecho educativo es la apuesta por la familia. La intervención de las
administraciones y de la misma Iglesia en la tarea educativa debe ser efectiva,
al tiempo que subsidiaria. Así lo afirma la Carta pastoral: «Las familias necesitan ser acompañadas en
una situación social en la que numerosas instancias ejercen una influencia muy
grande, especialmente sobre los niños y jóvenes: patrones culturales de muy
diverso signo son continuamente transmitidos a través de los medios de
comunicación, sobre todo a través de las nuevas formas de socialización
digital. Hoy en día se corre el riesgo
de que no sea debidamente salvaguardado el derecho y deber que asiste a los
padres de educar a sus hijos según sus propias convicciones.» (Nº 7)
Volvamos a nuestro Iñigo de Loyola
estudiante, el cual, por cierto, mendigaba por las calles de París, con el
objeto de poder pagarse los estudios. Sí, hemos oído bien: nuestro San Ignacio
compaginó la mendicidad y el estudio, por lo menos hasta conseguir algunas
ayudas. Pero esto no fue un impedimento para su educación; porque la austeridad
no es enemiga de la buena educación, sino todo lo contrario. Como dice la citada
Carta pastoral: «En un ambiente donde se quiere todo de modo inmediato, se
necesita aprender a gestionar la espera, a madurar los procesos, a educar en el
esfuerzo, la constancia y la perseverancia» (Nº 87). En
nuestra sociedad de la abundancia –del “usar y tirar”—, la tarea educativa
requiere abordar la educación en la austeridad responsable, así como en la
corresponsabilidad con la situación y el destino de los más necesitados.
El
próximo curso pastoral (2017-2018) será el momento propicio para trabajar esta
Carta pastoral educativa que ha sido hecha pública en la solemnidad de
Pentecostés, con la vocación a que sea incluida para su estudio, pasado el
verano, en los programas pastorales de nuestras parroquias e instituciones
educativas.
Al
estudiante San Ignacio le encomendamos a todas las familias y a todos los
profesionales de la educación. No cabe duda de que también hoy nos repetiría
sus conocidas palabras: «No el mucho
saber harta y satisface al alma, sino el sentir y gustar de las cosas
internamente».
San Ignazio eskolan
(Loiola, 2017ko abuztuaren 1)
Jesulagunen
elkarte maitea, apaiz elkarmezaemaileok, san Ignazioren zale leialok; gurekin
egoteko aukera egin duzuen agintarioi ere agur bero bat:
Gure zaindari san Ignazioren festaburuak
bildu gaitu beste urte batez Loiolako Basilika honetan, bidea, bakarrik ez,
bizitzako beste erromesekin bizipena partekatuz baizik egiten dugula ondo
dakigula; aldi berean, argi ematen diguten laguntzaileekin, adibidez, san
Ignazioren argi eta laguntzarekin egite dugu gure ibilbidea.
Gutxitan erreparatzen diogun san Ignazioren
bizitzako pasarte edo alderdi bat ekarri nahi dut gaur gogora. Ignazio
ikasleari buruz ari naiz. Ia berrogei urte zituela, haur eta nerabez inguraturik
eseri zen Parisko Monteagudo ikastetxean, gramatika, erretorika eta metrika
ikasketak sakontzeko. Parisko Sorbonan egin beharreko goi ikasketek oinarria
eskatzen zuten, san Ignaziok artean falta zuena. Giza errespetua ez zen bere
bidean oztopo gertatuko. Hala dio bere autobiografian: «Haurrekin ikasten nuen, Parisko ordena eta erak ikasiz».
Senide maiteok, burutu berri dugun 2016-2017
pastoral urtean, Iruña eta Tutera, Bilbao, Vitoria-Gasteiz eta Donostiako
Gotzainok, hezkuntzak gaur egun dituen erronken inguruko pastoral idazkia
plazaratu dugu “Biziaren bidea erakutsiko
didazu” izena duena, badakigu eta gizarte gizakioiagoa, zuzenagoa eta
senideagoa eraikitzeko ezinbesteko gaia dela hau.
Zerbitzu neurtezina eskaini du mendeetan
zehar Elizak. Egia da, gizarteak badituela gaur baliabide aski hezkuntzaren
erronkari aurre egiteko, baina kristau eragina ere garrantzitsua da heziketa
lanean gaur ere; behar bada, inoiz baino behar handiagokoa. Norbaitek esana da,
bertuteak eta kulturak bat egiten dutenean bakarrik gertatzen dela hezkuntza.
Gehiago esango nuke nik: hezkuntza lau baldintza hauetan gauzatzen dela: 1.
Familian eta adiskidetasun-esperientzian gertatzen den maitasun iraunkorra; 2.
Izatearen zentzuari buruzko galderei ematen zaien erantzunak; 3. Bertuteetan
heztea eta hauek bizitzea; 4. Gai desberdinen irakaskuntza. Kristau eragina
erabakigarria da dudarik gabe, bereziki lehenengo hiruetan.
Kristautasunak hezkuntzari egiten dion
lehenengo ekarpena, filosofía errealistarekiko konpromisoa da, behar bada,
axolagabekeria eta erlatibismoa gainditu ahal izateko. Hala dio Gotzainon
Idazkiak: «“Egi-ondorena” deituriko garaian, hau da
gizonemakumeak, egia eta gauzen errealitatea ezagutzeko duten berezko
gaitasunari uko egin, eta ez egiarik ez berau bilatu eta aurkitzeko giza
arrazoiaren benetako gaitasunik ez deneko uste sendora iristen diren garaian,
benetako hezkuntzak, gizakiak egia ezagutzeko duen gaitasunean sinesten du eta
gaitasuna ematen dio errealitatea ulertzeko, errealitatean barneratzeko eta
bere bihotzean grabaturiko egia-grina asetzeko. Hain zuzen ere, egia-gurari
bezala defini daiteke arrazoia, ezinbesteko osagaia bizitza eta gizarte benetan
gizatiarrak garatzeko.» (15. zkia.).
Hezkuntzari kristautasunak egin diezaiokeen
bigarren ekarpena, afektibitatea eta sexualitatea egoki biltzen dituen giza
maitasunari buruzko hezkuntzan gertatzen da. Afektibitatea, sexualitatea eta
maitasuna egoki biltzen ez dituen hezkuntzak, porrota ziurtatua du. Hala dio
gure Artzain Idazkiak: «Hezkuntza-egitekoak gure bizitzari
osotasuna ematen dion maitasunerako bokazioan txertaturiko gizakiaren alderdi
afektibo eta sexuduna ere barne hartzen du. Erotismoaren eta pornografiaren
ugaritzea, sexualitatearen ezereztea dela-eta, eta, hauekin batera, etxeetan,
makina bat emakume eta adin txikikorengan egundoko sufrimendua sortzen duten
eta hainbestetan horien hilketa zoritxarreko eta gaitzesgarria dakarten
errespeturik eza, jarrera matxistak eta indarkeria gero eta hedatuago
daudela-eta, duintasun, errespetu, afektu, maitasun eta erantzukizunean
oinarritutako benetako hezkuntza afektibo-sexuala bereziki beharrezkoa da
gaurko testuinguruan.» (16. zkia.).
Eta azkenik, humanismo kristauak hezkuntzari
egiten dion hirugarren ekarpena, familiak seme-alaben hezkuntzarekiko duen
eskubide-betebeharraren aitortzari buruzko azpimarra da. Egia da, teorian ez
duela inork hau zalantzan jartzen; praktikan, ordea, egindakoak egintzat
hartuz, ekimen publikoaren interbentzionismo handiagoa ikusten dugu, gurasoek
seme-alaben hezkuntzarekiko duten eskubide-betebeharra murriztua eta zapaldua
gertatzen delarik sarritan. Udara honetan gertatu den eta printzipio honen
zapalketa handia izan den gertakari bat ekarri nahi dut gogora. Estrasburgoko
Tribunalak Charlie Gard haurrarentzat eutanasia erabaki izanaz ari naiz,
gurasoen iritziaren kontrako inposaketa zelarik. Ahozabalik jarraitu du
europako gizarteak drama hau, erakunde juridiko gorenak haurraren bizitzari
buruzko erabakiak gurasoen iritziaren kontra hartzeak zer suposatzen duen behar
adina hausnartu gabe. Aita Santuak Vatikanora joatea eskaini zuen, baina ezin
izan zen hori egin, Europako agintari politikoek isiltasun larria gorde
dutelarik.
Berriro diot: familiaren aldeko hautua,
Elizak hezkuntzari egiten dion ekarpen garrantzitsua da. Administrazioek eta
Elizak berak hezkuntzari egiten dien ekarpenak eraginkorra izan behar du, baina
subsidiarioa aldi berean. Hala dio Gotzainon idazkiak: «Familiek
laguntasuna behar dute beste hainbat eragilek, bereziki haur eta gazteengan,
egundoko eragina duten gizarte egoeran: kultura-eredu anitz transmititzen da
hedabideen bitartez, bereziki sozializazio digitalerako bide berrien bidez.
Gaur egun, gurasoek beraien seme-alabak, beraien uste osoen arabera hezteko
duten eskubidea eta betebeharra egokitasunez ez babesteko arriskua dago.» (7. zkia.)
Itzul gaitezen Loiolako Iñigorengana, bere
ikasketak ordaintzeko Parisko kaleetan eskean ibiltzen zenarengana. Bai, ondo
entzun dugu: san Ignaziok eskea eta ikasketak uztartu zituen, laguntzaren bat
lortu artean behintzat. Baina hori ez zen gertatu bere heziketarako oztopo;
neurritasuna ez baita hezkuntza onaren etsai, alderantziz baizik. Gotzainon
idazkiak dioen moduan: «Dena berehala nahi den giroan, itxarotea
kudeatzen, prozesuak garatzen, ahalegina, iraunkortasuna, pertseberantzia
lantzen ikasi beharra dago» (87. zkia.). Ugaritasunaren
gure gizartean, “hartu eta bota” egiten den honetan, hezkuntzak neurritasun
arduratsua eskaztendu, baita egoerarekiko eta beharrik gehiena dutenekiko
ardurakidetasuna ere.
Datorren
ikasturte pastoralean (2017-2018) izango dugu aukera Pentekoste festaburuan
argitaratutako hezkuntzari buruzko Gotzain Idazkia lantzeko, gure parrokietako
eta hezkuntzarako erakundeetako pastoral egitasmoetan barneratua izango
delakoan, udara ondoren aztertu ahal izateko.
San
Ignazio ikaslearen esku jartzen ditugu gure familiak eta hezkuntzan lan egiten
duten guztiak. Zalantzarik gabe, errepikatuko lizkiguke gaur ere bere hitz
ezagunak: «Arima ez du bete eta asetzen asko
jakteak, gauzak sakon sentitu eta gozatzeak baizik».
MULTIMEDIA:
Vídeo: https://youtu.be/-51PLhh9r-c
Album Imágenes: : https://www.flickr.com/photos/ 133958253@N05/albums/ 72157687043765395
Informó: Rafael Hernández
Urigüen. Textos facilitados
por la Delegación
de MCS de la Diócesis
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