lunes, 3 de julio de 2017

DOS NUEVOS DIÁCONOS ORDENADOS EN LA DIÓCESIS DE DONOSTIA SAN SEBASTIÁN






DOS NUEVOS  DIÁCONOS ORDENADOS  EN  LA  DIÓCESIS  DE DONOSTIA-SAN  SEBASTIÁN. 

Un  exconcejal del  Ayuntamiento de  Zarautz y un ingeniero Industrial que cursó  sus  estudios en TECNUN, Universidad  de  Navarra

El curso pastoral  en  Gipuzkoa  ha  finalizado con dos ordenaciones al diaconado: RAFAEL OLAIZOLA y JUAN PABLO AROZTEGUI   ordenados diáconos por Mons  José Ignacio Munilla durante  la  Misa celebrada en  la  Catedral  del  Buen  Pastor  el   2  de julio. En esta  Eucaristía participaron más de 60  sacerdotes  de Gipuzkoa  acompañados  por  varios llegados de Italia y  también  de otras  diócesis  españolas.


RAFAEL OLAIZOLA URIBE-ETXEBERRIA, zarauztarra de 51 años, decidió dejarlo todo, trabajo, actividades en el club deportivo de Zarautz y  en otros grupos del pueblo en los que siempre ha colaborado como persona inquieta y comprometida, para adquirir un compromiso nuevo con la Iglesia y con el Señor.

En 2012  se matriculó  en el instituto superior de Ciencias Religiosas 'San Francisco Javier' de Pamplona en convivencia directa con seminaristas de las diócesis de San Sebastián y Pamplona. La carrera ha durado 5 años.

Tras su ordenación como diácono  regresará en septiembre al seminario de Pamplona, para terminar su preparación, antes de ser ordenado presbítero, a finales de este año.

JUAN PABLO AROZTEGUI, ordiziarra de 34 años. Procede de una familia donde la fe siempre se ha vivido de manera muy natural aunque nunca, en su juventud pensó en el sacerdocio como una alternativa de vida.  Más bien se veía formando una familia.   Estudió Ingeniería Industrial en TECNUN (Universidad de Navarra en Donostia) y empezó a trabajar en una empresa de software libre en Pamplona; estaba contento con su vida y su trabajo.

Pero un día un amigo agnóstico le formuló algunas preguntas sobre su vida cristiana: “Juan Pablo, ¿tú por qué eres cristiano? ¿por qué crees en Jesucristo?”

Estas preguntas tan simples removieron su interior y le hicieron cuestionarse su vida cristiana hasta el punto de que fue el inicio de la búsqueda de la voluntad de Dios en su vida. 

Así empezó un camino que duró unos tres años en los que percibió cada vez más fuertemente la llamada de Jesús a ser su testigo a través del sacerdocio.

Esta andadura le impulsó a entrar en el seminario. Cursó dos años en Pamplona y cuatro en Roma,  conjugando el tiempo entre el seminario, los estudios en la universidad y varias parroquias en las que ha colaborado los fines de semana.

Tras su ordenación, regresará a Roma para terminar  de formarse, antes de su futura ordenación presbiteral.











(Informó:  Rafael  Hernández  Urigüen, Textos  e  imágenes   facilitados  por  la  Delegación  de MCS  de la Diócesis)