DOS NUEVOS DIÁCONOS ORDENADOS EN
LA DIÓCESIS DE DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN.
Un exconcejal del Ayuntamiento de Zarautz y un ingeniero Industrial que cursó sus
estudios en TECNUN, Universidad
de Navarra
El curso pastoral en Gipuzkoa ha
finalizado con dos ordenaciones al diaconado: RAFAEL OLAIZOLA y JUAN
PABLO AROZTEGUI ordenados diáconos
por Mons José Ignacio Munilla
durante la Misa celebrada en la
Catedral del Buen Pastor
el
2 de julio. En esta Eucaristía participaron más de 60 sacerdotes
de Gipuzkoa acompañados por
varios llegados de Italia y también de otras diócesis
españolas.
RAFAEL OLAIZOLA URIBE-ETXEBERRIA, zarauztarra de 51 años, decidió dejarlo
todo, trabajo, actividades en el club deportivo de Zarautz y en otros
grupos del pueblo en los que siempre ha colaborado como persona inquieta y
comprometida, para adquirir un compromiso nuevo con la Iglesia y con el Señor.
En 2012 se matriculó en el instituto superior de Ciencias
Religiosas 'San Francisco Javier' de Pamplona en convivencia directa con
seminaristas de las diócesis de San Sebastián y Pamplona. La carrera ha durado
5 años.
Tras su ordenación como diácono
regresará en septiembre al seminario de Pamplona, para terminar su
preparación, antes de ser ordenado presbítero, a finales de este año.
JUAN PABLO AROZTEGUI, ordiziarra de 34 años. Procede de una familia
donde la fe siempre se ha vivido de manera muy natural aunque nunca, en su
juventud pensó en el sacerdocio como una alternativa de vida. Más bien se veía formando una
familia. Estudió Ingeniería Industrial en TECNUN (Universidad de
Navarra en Donostia) y empezó a trabajar en una empresa de software libre en
Pamplona; estaba contento con su vida y su trabajo.
Pero un día un amigo agnóstico le formuló algunas preguntas sobre su vida
cristiana: “Juan Pablo, ¿tú por qué eres cristiano? ¿por qué crees en
Jesucristo?”
Estas preguntas tan simples removieron su interior y le hicieron
cuestionarse su vida cristiana hasta el punto de que fue el inicio de la
búsqueda de la voluntad de Dios en su vida.
Así empezó un camino que duró unos tres años en los que percibió cada vez
más fuertemente la llamada de Jesús a ser su testigo a través del sacerdocio.
Esta andadura le impulsó a entrar en el seminario. Cursó dos años en
Pamplona y cuatro en Roma,
conjugando el tiempo entre el seminario, los estudios en la universidad
y varias parroquias en las que ha colaborado los fines de semana.
Tras su ordenación, regresará a Roma para terminar de formarse, antes de su futura ordenación
presbiteral.
(Informó: Rafael Hernández
Urigüen, Textos e imágenes
facilitados por la
Delegación de MCS de la Diócesis)
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