DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN Y BILBAO CELEBRAN A MARÍA LA SOLEMNIDAD DEL 15 DE AGOSTO CON NOTABLE PARTICIPACIÓN DE FIELES EN LAS EUCARISTÍAS PRESIDIDAS POR LOS OBISPOS
Mons, José Ignacio Munilla pronunció una homilía sobre la relación indisoluble entre amor y verdad.
Texto completo:
Madre, hija y esposa de la Verdad y de
la Caridad
La Asunción de la Virgen María 2017
Queridos sacerdotes concelebrantes, queridas
autoridades, queridos fieles donostiarras y visitantes que disfrutáis de estas
fiestas entre nosotros; queridos todos, hijos de Dios, y por su gracia, hijos
también de María:
El 15 de
agosto es la fecha del calendario que, junto con el 8 de septiembre, concentra
más fiestas patronales en los países de tradición católica. Si el 8 de septiembre
celebramos la Natividad de María -el día de su nacimiento-, el 15 de agosto
celebramos su asunción a los cielos en cuerpo y alma, es decir, el día de su entrada
en la vida eterna; esto es, su triunfo pleno y definitivo. Desde el cielo ejerce
su vocación materna sobre todos nosotros, seamos o no conscientes de ello; ya lo
estimemos, lo ignoremos o incluso lo rechacemos. Ella no puede dejar de ser
“madre” de cada uno de sus hijos, aun cuando nosotros podamos ser insensibles hacia
su acción maternal.
En estos
días de verano he leído un libro que quisiera recomendaros vivamente. Su título
es Sobrevivir para contarlo, y narra
la historia de una superviviente del genocidio de Ruanda. Una mujer que se
apoyó en la Virgen María con una esperanza sobrenatural, en las circunstancias
más duras que nadie pueda imaginar, que descubre en el rezo del rosario el
medio más práctico para alcanzar la paz interior, así como la victoria sobre la
espiral destructiva del odio. Pienso que es un testimonio que puede hacer mucho
bien, especialmente a los que arrastran heridas profundas en la historia de su
vida. María de Nazaret, la Virgen María, es una mujer libre y liberadora, que
ha recibido de Dios la encomienda de ayudarnos en la lucha por nuestra propia libertad,
tanto interior como en el orden social.
Sí, es
una paradoja que nuestra cultura ensalce la libertad hasta el punto de idolatrarla,
al tiempo que nuestro mundo está lleno de adictos, es decir, de esclavos. Es
una paradoja que la libertad sociopolítica haya sido reivindicada tradicionalmente
desde los sectores liberales y progresistas; y, sin embargo, seamos testigos de
cómo nos imponen ahora, sin margen al disenso, un pensamiento único al servicio
del nuevo orden mundial.
Ahora
bien, Dios es infinitamente respetuoso con la libertad del hombre. Dios no
quiere vencer, sino convencer. Dios no se impone, sino que se propone, llamando
a nuestra puerta, como llamó a la puerta de María. Para Él la libertad tiene un
valor infinito porque es la condición indispensable para que el ser humano pueda llegar a amar la
verdad. Sí, lo repito, éste es el culmen de la vida de todo hombre y de toda mujer:
AMAR LA VERDAD.
En mi
opinión, la gran herejía de nuestro tiempo es la contraposición entre la verdad
y el amor; o dicho de otro modo, entre la justicia y la misericordia. El gran
engaño del pensamiento contemporáneo consiste en confrontar ambas dimensiones, como
si estuviésemos condenados a una dialéctica que hace irreconciliable el amor y
la verdad. La historia misma es presentada bajo ese paradigma dialéctico: los
estadios antiguos de la historia habrían estado marcados por el signo de la
verdad, en detrimento de la caridad y la misericordia. Por el contrario, el
hombre moderno habría logrado realizar un giro antropocéntrico para liberarse
de la esclavitud de la verdad, y centrarse ahora meramente en el ideal del
amor.
Sin
embargo, el ideal evangélico no deja lugar a dudas. Dios es el amor y Dios es
la verdad. Jesucristo es la verdad de Dios, y el amor de Dios, simultáneamente.
No son dos aspectos contrapuestos, sino un mismo misterio en Dios. La
predicación del ideal evangélico es inequívoca: estamos llamados a amar la
verdad; o, en otras palabras, a vivir la verdad en el amor.
Pongamos
un ejemplo, para no perdernos en formulaciones abstractas. Todos recordamos el
episodio del encuentro de Jesús con la mujer pecadora, en el que Jesús
pronunció esta conocida expresión: “El
que esté libre de pecado que tire la primera piedra”… Sin embargo, es
curioso, qué pocas veces recordamos las palabras finales que el Señor dirigió a
esa mujer en el mismo episodio: “Tampoco
yo te condeno, vete y no peques más”. Es decir, el ideal de Jesús es claro:
ni el adulterio de aquella mujer justifica la falta de caridad hacia ella; ni
la caridad hacia esa mujer hace que sea bueno el pecado del adulterio. Verdad y
amor van siempre de la mano.
Otro
ejemplo más cercano a nuestros días, fue el protagonizado por el Papa Francisco
al pronunciar unas palabras en una rueda de prensa durante uno de sus viajes,
que luego fueron mediática y popularmente cercenadas y manipuladas. El Papa
Francisco no se había limitado a decir “¿Quién
soy yo para juzgar?”, como se ha afirmado en innumerables ocasiones, sino
que previamente había manifestado la necesidad de que todos y cada uno de
nosotros estamos llamados a vivir conforme a la voluntad de Dios, tal y como se
nos presenta en el pasaje evangélico: “¿Nadie
te ha condenado, mujer? –Nadie, Señor. –Pues tampoco yo te condeno. Vete y no
peques más” (Jn 8, 10-11).
Aun
sabiendo que se trata de una extrapolación de la frase evangélica de Jesús: “Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre”,
¿acaso no podríamos aplicar dicha expresión, no solo a la unión del hombre y la
mujer en el matrimonio, sino también a la unión indisoluble entre la verdad y
la caridad; entre la justicia y la misericordia? Sí, ¡lo que Dios ha unido, que
no lo separe el hombre!
Pues bien,
queridos hermanos, María es la persona humana en la que se ha realizado la
alianza definitiva entre la verdad y el amor. Verdad y amor, que se
“divorciaron” por el pecado de Adán y Eva, y que han sido reunificados en
María, por el don del Espíritu Santo.
Pero no
olvidemos algo importante, que nos debe llenar de esperanza: el triunfo de
María no es algo bello, para ser simplemente contemplado, sino que es, sobre
todo, la muestra viva de lo que Dios quiere hacer en nosotros. También en
nosotros Dios quiere llevar a cabo esa obra de reunificación interior, por la
que se superen definitivamente nuestras contradicciones interiores, de manera que
ejerzamos la libertad para llegar a ser uno con la verdad y el amor.
Pidamos en esta fiesta de la Asunción de María
a los Cielos, que Ella nos guíe y nos asista en los intrincados vericuetos de
nuestro espíritu y de la vida, para que, sin perdernos por el camino,
completemos nuestra ascensión hasta la cumbre.
Termino con una frase del diario de Immaculée
Llibagiza, la protagonista del libro Sobrevivir
para contarlo, al que me he referido anteriormente: «Me aferré al rosario de mi padre y pedí a Dios que me ayudara, hasta
que oí su voz nuevamente: “Perdónalos porque no saben lo que hacen”.»
María, madre,
hija y esposa de la Verdad y de la Caridad, ¡ruega por nosotros!
Maria, Karitatearen ama, alaba eta emazte
Maria Birjinaren Jasokundea 2017
Elkarmezaemaile zareten apaiz lagunok, herri
agintariok, donostiar fededun maiteok, baita jai hauek gurekin igarotzen
dituzuen bisitari maiteok ere; Jainkoaren seme-alba zarete guztiok, eta Haren
graziaz Mariaren seme-alaba ere bai:
Abuztuaren 15a da, irailaren 8arekin batera,
tradizio katolikoko herrialdeetan festa gehien ospatzen den eguna. Irailaren
8an Andre Mariaren jaiotza ospatzen dugun bezala, abuztuaren 15ean Andre Maria
gorputz eta arima zerura jasoa izan zeneko eguna dugu, betiko bizitzan sartu
zenekoa, alegia; hau da: bere garaipen betea eta betirakoa. Zerutik, bere ama
izatea betetzen du, baita gu konturatzen ez bagara ere; estimatu, ezjakin izan
nahiz baztertu, Ama beti dugu Ama. Berak ezin dio utzi bere seme/alaba
bakoitzaren “ama” izateari, gu bere amatasunarekiko sorgor izanda ere.
Udako egun hauetan, biziki iradoki nahi
dizuedan liburu bat irakurri dut. Sobrevivir
para contarlo du izenburua eta Ruandako genozidioan bizirik atera zen
emakume baten historia jasotzen du. Naturaz gaindiko itxaropenez, Ama
Birjinarengan uste on izan zuen emakume honek, pentsa ezin diren egoerarik
gordinenetan; arrosarioa errezatzeak barne-bakea ematen ziola konturatu zen,
baita gorrotoaren bide suntsikorretik sahiestu eta garaile ateratzea ere.
Testigantza honek, norbere bizitzaren historia zauriz betea duen edonori on
asko egin diezaiokeela pentsatzen dut. Nazareteko Maria, Ama Birjina, emakume
askea eta askatzailea da, Jainkoagandik askatasunaren aldeko gure borrokan
laguntzeko eginkizuna haso duena, bai gure barneko askatasunerako bai gizarte
mailako askatasunerako ere.
Izan ere, zer nolako paradoxa gertatzen den,
gure kulturak ia jainkotzeraino askatasuna goraipatzen duen bitartean, gure
mundua mendeko, esklaboz betea dagoenean. Kontrajarria gertatzen da,
tradizionalki sektore liberal eta progresistenek askatasuna aldarrikatzea, eta
aldi berean horiek berak izatea orain eztabaidarako tarterik utzi gabe, munduko
ordena berri baten zerbitzura dagoen pentsamendu bakarraren inposatzaileak.
Jainkoak, ordea, mugarik gabeko errespatua
dio giza askatasunari. Jainkoak ez du inor garaitu nahi, guztiak beraganatu
baizik. Jainkoak ez du bere burua inposatzen, proposatu baizik, gure atea joz
Mariaren atea jo zuen moduan. Berarentzat askatasunak mugagabeko balio du,
horixe baita gizakiak egia maitatu ahal izateko baldintza. Bai, berriro diot,
horixe da gizon eta emakume guztien bizitzako helmuga: EGIA MAITATZEA.
Nire iritziz, gure egunotako heresia edo
zentzugabekeria handiena egia eta maitasuna kontrajartzea da; edo, beste era
batera esan da, justizia eta errukia kontrajartzea. Bi alderdi horiek elkarren
aurka jartzea da egungo pentsakeraren gezurrik handiena, maitasuna eta egia
elkar uztartu ezinezko bihurtzen dituen dialektikaren morroi izatera behartuak
bageunde bezala. Historia bera eztabaida-paradigma horren menpean aurkezten
zaigu: historiaren garai zaharrak egiaren menpean egonak dira, karitatea eta
errukia mendean hartuz. Gizaki modernoak, ordea, egiaren esklabotzatik
askatzeko aldaketa antropozentrikoa egin eta orain maitasunaren ereduari hobeki
erreparatzen dio.
Ebanjelioko ereduak, baino, ez du zalantzarik
uzten. Jainkoa maitasuna da eta Jainkoa da egia. Jesu Kristo da Jainkoaren
egia, eta Jainkoaren maitasuna ere bai, aldi berean. Ez dira bi alderdi
kontrajarriak, Jainkoaren misterio bat bera baizik. Ebanjelioaren eredua
predikatzean, ez dago zalantzairk: egia maitatzera deituak gara, edota beste
era batera esanda, maitasunean egia bizitzera deituak gara.
Adibide bat jarriko dizuet, hitz-jokoetan
nahastu gabe. Gogoan dugu denok Jesusek emakume bekatariarekin topo egin
zueneko pasartea; hauxe esan zuen Jesusek: “Bekaturik
ez duenak bota dezala lehenego harria” ... Baina, gutxitan gogoratzen
ditugu Jaunak pasarte horretan bertan emakumeari esandako beste esaldia: “Nik ere ez zaitut gaitzesten, zoaz eta ez
egin gehiago bekaturik”. Jesusen eredua argia da: emakume haren adulterioak
ez du zilegi egiten berarekiko karitate falta; baina emakumearekiko karitateak
ez du adulterioaren bekatua ona bihurtzen. Egia eta maitasuna eskutik doaz
beti.
Bidaia bateko prentsaurrekoan Frantzisko Aita
Santuak esandako hitz batzuk, mediatikoki erabiliak eta manipulatuak gerta
litezke esaten ari naizenerako beste adibidea bat. “Nor naiz ni epaitzeko?” esan zuen, askotan entzun dugun bezala,
baina ez hori bakarrik, aurretik esana zuen gutako bakoitza Jainkoaren asmoaren
arabera bizitzera deituak garela, ebanjelio pasartean Jesusek esan zuen bezala:
“Ez al zaitu inork gaitzetsi? –Inork ere
ez, Jauna. –Nik ere ez zaitut gaitzesten, zoaz eta ez egin gehiago bekaturik” (Jn
8, 10-11).
Ebanjelioko Jesuen hitz hauek gogora ekarriz:
“Jainkoak batu duena ez beza gizakiak
banatu”… ezin ote dugu esamolde hori, gizonaren eta emakumearen arteko
ezkon-batasunerako bezala egiaren eta karitatearen arteko batasun hautsezina
aipatzeko erabili, justiziaren eta errukiaren loturarako, alegia? Bai, Jainkoak
batu duena ez beza gizakiak banatu!
Senide maiteok, egiaren eta maitasunaren
arteko betiko ituna gauzatu deneko gizakia Maria da. Adam eta Evarengan banatu ziren egia eta maitasuna,
Mariarengan uztartu dira berriz Espiritu Santuaren dohainez.
Ez dezgaun ahaztu, baina, itxaropenez bete behar gaituen zerbait,
garrantzitsua dena: Mariaren garaipena ez da kontenpla genezaken zerbait ederra
bakarrik, baizik eta Jainkoak gurekin egin nahi duena harrigarriro agertzen
digun misterioa. Jainkoak gugan ere bere betera eraman nahi du barne-batasun
egitasmoa, gure barne kontraesanak garaituak gerta daitezen, eta egiazko
askatasunean bizi gaitezen, egiarekin eta maitasunarekin bat eginik.
Andre Maria Zerura Jasoa izan zeneko festaburuan eska dezagun,
berak gida gaitzala eta lagun diezagula gure espirituaren eta bizitzaren
bihurgune korapilatsuetan, bidean galdu gabe gailurreraino irits gaitezen.
Sobrevivir para contarlo liburuko
protagonistaren, Immaculée Llibagizaren egunerokotik hartutako esaldi honekin
bukatu nahi dut: «Aitaren arrosarioari
heldu nion estu eta Jainkoari laguntza eskatu nion, berriro ere bere ahotsa
entzun nuen arte: “Barkaiezu, ez dakite eta zertan ari diren”».
Maria, Egiaren eta Karitatearen ama, alaba eta emazte, otoitz gure
alde!
Para acceder al vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=KrNOjkfVkeY
Ya en las Vísperas de la Solemnidad, el Obispo Donostiarro presidió la tradicional Salve interpretada por el Orfeón Donostiarra, y dirigió la homilía que puede visionarse en e ste enlace y en la que hizo referencia a san Maximiliano María Kolbe y su propósito de vivir dándolo todo por intercesión de María.
A lo largo de sus palabras explicó el misterio de la Asunción de María comparándolo con el misterio de la Ascensión del Señor a los Cielos, recordando que sólo Dios salva y que necesitamos la gracia de Dios que nos llega por los Sacramentos.
Volviendo al misterio de la Asunción explicó el adelanto de la Gloria en el cuerpo y alma de la Virgen María, y recordó que a todos nos importa llegar al Cielo y desearlo para nuestras familias y para todos los hombres y mujeres
Volviendo al misterio de la Asunción explicó el adelanto de la Gloria en el cuerpo y alma de la Virgen María, y recordó que a todos nos importa llegar al Cielo y desearlo para nuestras familias y para todos los hombres y mujeres
Para visionar la predicación del obispo de Donostia puede consultarse este enlace:
https://www.enticonfio.org/homilia/asuncion-basilica-santa-maria-2017/
BILBAO
Desde las 4 y media de la mañana se han celebrado en la Basílica de Begoña misas ininterrumpidas para los más de cienmil peregrinos que han acudido desde todas las localidades del Territorio a venerar a la Patrona de Bizkaia.
A las 12 del mediodía, Mons. Mario Iceta ha presidido la Eucaristía concelebrada con el templo abarrotado de fieles de todas las procedencias.
Glosando el Evangelio de la mujer que alabó a María al contemplar a Jesús con el "piropo" "Bendito el vientre que te llevó y los pechos que te alimentaron", el Obispo de Bilbao exhortó a seguir la enseñanza de Jesucristo que elevó al orden de la fe aquellas alabanzas: "Bienaventurados, más bien, los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra", convocando a buscar siempre en esa Palabra la inspiración en el camino de la vida y en la fraternidad concreta
Al finalizar la Misa el prelado ha agradecido el servicio de la Hermandad de Begoña y ha recordado que en Tenerife hay un pueblo, Almáciga, "donde hace años llegó una botella con la imagen de la Virgen de Begoña y ahora hay hasta una plaza que lleva su nombre". Ha pedido a los fieles ayuda para que finalicen las obras del templo que quieren construir en la localidad tinerfeña.Los dantzaris de la Cofradía de Begoña han interpretado después de la bendición final el tradicional aurresku que sigue las notas del Himno a María: "Begoñako Andramari".
Un año más, la mayoría de la corporación municipal ha estado presente en la Misa junto con un consejero y parlamentario del Gobierno Vasco y antes y después de la celebración han acudido a saludar a Mons. Iceta a la Sacristía.
El Obispo de Bilbao ha vuelto a estar presente junto al alcalde en el aurresku que cada año se baila en la plaza de la Basílica.Queremos felicitar a nuestra madre, porque como buena madre acoge nuestras dificultades", ha subrayado Mons. Iceta.
Para ampliar la información:
http://www.bizkeliza.org/noticia/queremos-felicitar-a-nuestra-madre-que-sabe-acoger-nuestras-dificultades/
Informó: Rafael Hernández Urigüen. Textos e imágenes propios y facilitados por las Delegaciones de MCS de las Diócesis
BILBAO
Desde las 4 y media de la mañana se han celebrado en la Basílica de Begoña misas ininterrumpidas para los más de cienmil peregrinos que han acudido desde todas las localidades del Territorio a venerar a la Patrona de Bizkaia.
A las 12 del mediodía, Mons. Mario Iceta ha presidido la Eucaristía concelebrada con el templo abarrotado de fieles de todas las procedencias.
Glosando el Evangelio de la mujer que alabó a María al contemplar a Jesús con el "piropo" "Bendito el vientre que te llevó y los pechos que te alimentaron", el Obispo de Bilbao exhortó a seguir la enseñanza de Jesucristo que elevó al orden de la fe aquellas alabanzas: "Bienaventurados, más bien, los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra", convocando a buscar siempre en esa Palabra la inspiración en el camino de la vida y en la fraternidad concreta
Al finalizar la Misa el prelado ha agradecido el servicio de la Hermandad de Begoña y ha recordado que en Tenerife hay un pueblo, Almáciga, "donde hace años llegó una botella con la imagen de la Virgen de Begoña y ahora hay hasta una plaza que lleva su nombre". Ha pedido a los fieles ayuda para que finalicen las obras del templo que quieren construir en la localidad tinerfeña.Los dantzaris de la Cofradía de Begoña han interpretado después de la bendición final el tradicional aurresku que sigue las notas del Himno a María: "Begoñako Andramari".
El Obispo de Bilbao ha vuelto a estar presente junto al alcalde en el aurresku que cada año se baila en la plaza de la Basílica.Queremos felicitar a nuestra madre, porque como buena madre acoge nuestras dificultades", ha subrayado Mons. Iceta.
Para ampliar la información:
http://www.bizkeliza.org/noticia/queremos-felicitar-a-nuestra-madre-que-sabe-acoger-nuestras-dificultades/
Informó: Rafael Hernández Urigüen. Textos e imágenes propios y facilitados por las Delegaciones de MCS de las Diócesis
No hay comentarios:
Publicar un comentario