RUEDA DE PRENSA. EL OBISPO INFORMA DE LOS CASOS |
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MISA DE DESAGRAVIO EN LA CATEDRAL |
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HOMILÍA DE MONS. MUNILLA |
La Iglesia en Gipuzkoa afronta con transparencia, dolor,
espíritu de reparación y cercanía a
las víctimas tres casos
de abusos sexuales a menores cometidos por un sacerdote en los
años 1994, 2001 y 2005.
El martes 10 de enero,
la Delegación de MCS de la Diócesis distribuía una nota de prensa anunciando la noticia
de los abusos y las
medidas canónica adoptadas por el Obispado según la legislación vigente.
Señalaba cómo desde el primer instante de comprobar la veracidad de als
acusaciones Mons. Munilla Viajó a Roma
para informar sobre los hechos al
Dicasterio correspondiente de la
Santa Sede.
El comunicado
informaba con detalle de los
hechos hasta ese momento denunciados y que correspondían a los años 2001 y 2005:
COMUNICADO DE LA
DIÓCESIS DE SAN SEBASTIAN
En referencia al Rev.
Juan Cruz Mendizábal Irízar, sacerdote incardinado en esta diócesis de San
Sebastián, el Servicio diocesano de Medios de comunicación social realiza el
siguiente comunicado de prensa:
Desde el mes de
marzo de 2016, primer momento en que las autoridades diocesanas tuvieron
conocimiento de las acusaciones que pesaban contra el Rev. Mendizábal Irízar,
en concreto, de los tocamientos deshonestos realizados a dos menores en el año
2001 y en el año 2005, la Diócesis de San Sebastián, en estrecha colaboración
con la Congregación Romana para la Doctrina de la Fe y siguiendo ritualmente el
protocolo canónico establecido para tratar estos casos, creó todas las
condiciones jurídicas materiales y procesales para que, con imparcialidad y
equidad, se pudiera comprobar la veracidad de los hechos denunciados, se
tutelaran debidamente los derechos de las víctimas y del sacerdote acusado y se
salvaguardara la integridad y la buena fama de todas las partes implicadas. Por
otra parte, se informó a los dos denunciantes de su legítimo derecho de
entablar en todo momento las oportunas acciones civiles, no obstante la
prescripción en este foro de tales hechos, y se acogió su voluntad expresa de
preservar su anonimato.
Tras haber sido
probada la veracidad de las acusaciones y haber sido valoradas en justicia y
equidad todas las circunstancias de la comisión de tales delitos, el proceso
administrativo penal a cargo del Rev. Mendizábal Irízar concluyó con la
declaración de culpabilidad del reo y la imposición a este de diversas penas
expiatorias ex cann. 1336-1338 CIC y de otras medidas administrativas y
disciplinares.
Siendo tal decisión
firme y definitiva, la diócesis de San Sebastián, en la persona de su Pastor,
manifiesta una vez más su compromiso con la tutela del bien público general y
de la Iglesia en particular. Dicha responsabilidad se concreta en la vigilancia
y protección de los derechos de todos los fieles, pero de un modo especial, en
la salvaguarda jurídica y pastoral de los menores de edad y de los adultos
vulnerables (art. 6 §1,1 mpSST).
Por otra parte, esta
comunidad diocesana, desde el dolor y la vergüenza por unos hechos que han
lesionado la santidad del sacerdocio y han herido profundamente la comunión, pide
a todos perdón, expresa su compromiso para que en la medida de lo posible estos
actos no se repitan y, sobretodo, expresa su solidaridad con todos aquellos que
están sufriendo por los hechos que han motivado el mencionado proceso penal:
principalmente con las víctimas, pero también con el Rev. Juan Cruz Mendizábal,
quien después de haber manifestado su profundo arrepentimiento por los hechos
cometidos y habiendo acogido con espíritu sacerdotal la mencionada decisión,
sigue en estos momentos un proceso terapéutico psicológico y espiritual,
colaborando en la reparación de lo ocurrido.
Por todos estos
motivos, esta Iglesia particular, en comunión con el Sucesor de Pedro, el Papa
Francisco y unida fraternalmente con su Obispo José Ignacio, eleva desde la
fragilidad una oración confiada al Señor, implorando con confianza los dones de
la justicia, el perdón misericordioso y la paz.
Dado
en San Sebastián, el 10 de enero de 2017
DONOSTIAKO
ELIZBARRUTIAREN KOMUNIKATUA
Donostiako
elizbarrutian inkardinatutako Juan Cruz
Mendizabal Irizar apaiz jaunari buruz, Hedabideetarako Elizbarrutiko
Zerbitzuak honako prentsa adierazpena egiten du:
2016ko martxoan izan
zuten Elizbarrutiko Agintariek Mendizabal Irizar apaizaren aurkako salaketaren
berri, zehazki, 2001 eta 2005 urteetan bi adintxikikori egindako ukitze desegokiak
zirela eta. Ordutik, Fedearen Doktrinarako Erromako Kongregazioarekin harreman
estuan eta kasu hauetarako elizak eratua duen lege-protokoloa zehatz jarraituz,
Donostiako Elizbarrutiak beharrezko baldintza juridiko material eta
auzibidezkoak eratu zituen, alderdikeriarik gabe eta zuzentasunez salatutako
egintzen egiazkotasuna frogatu ahal izateko, biktimen eta salatutako apaizaren
eskubideak behar bezala babesteko eta inplikatutako aldeen osotasuna eta izen
ona babesteko. Bestalde, bi salatzaileei jakinarazi zitzaien uneoro, nahiz eta
salatutakoak alor zibilean preskribatuta egon, eskubidea zutela beharrezko
egintza zibilak bidean jartzeko. Aldi berean beraien anonimotasuna babesteko
asmoa kontuan hartu zen.
Salatutako egitzen
egiazkotasuna frogatu ondoren eta delituaren gauzatzea justiziaz eta
zuzentasunez baloratu ondoren, Mendizabal Irizar apaizaren
administrazio-prozedura penala akusatuaren erruduntasuna aitortuz burutu zen,
honen gain ezarri zirelarik Zuzenbide Kanonikoaren Kodeko 1336-1338 kanonen
araberako zigorrak, baita beste neurri administratibo eta disziplinarrak ere.
Erabakia irmoa eta
behin-betikoa izanik, Donostiako Elizbarrutiak, bere Artzainaren bidez, guztien
ongia orokorrean eta Elizarena era partikularrean babesten jarraitzeko
konpromisoa adierazten du. Ardura hau, fededun
guztien eskubideak zaindu eta babestean zehazten da, baina era berezian
adintxikoen nahiz zaurgarriak diren helduen babes juridiko eta pastoralean
(art. 6 §1,1 mpSST).
Bestalde,
elizbarrutiko elkarteak, apaizgoaren santutasuna kaltetu eta komunioa sakonki
zauritu duten egintza hauek sortutako mina eta lotsa bere gain dituelarik,
barkamena eskatzen die guztiei, bere konpromisoa azaltzen du, ahal den neurrian
horrelako egintzarik gehiago gerta ez dadin, eta bere gertutasuna adierazten
die prozedura penal hau eragin duten egintzengatik sufritzen ari diren guztiei:
bereziki biktimei, baina baita Juan Cruz Mendizabal apaizari ere,
egindakoengatik bere barrengo damua agertu ondoren eta aipatutako erabakia
apaiz espirituz onartu ondoren, gertatutakoaren ordainean lagunduz une honetan
prozesu terapeutiko psikologiko eta espirituala egiten ari delarik.
Une honetan, Eliza
partikular honek, Pedroren ondorengo den Frantzisko Aita Santuarekin komunioan
eta bere Gotzain Jose Ignaziorekin senide bezala bat eginik, ahuldadetik
otoitza zuzentzen dio Jaunari, justizia-, errukizko barkamen eta bake-dohainak
eskatuz.
Donostian emana,
2017ko urtarrilaren 10ean.
Al día siguiente de
publicarse el comunicado se
conoció la existencia de un
tercer caso cuya víctima describió detalladamente y en exclusiva al diario Berria.
Así las cosas, la
Delegación de MCS del Obispado
convocaba una rueda de prensa a través de esta
nota:
RUEDA DE PRENSA DE URGENCIA DEL OBISPO DE
SAN SEBASTIÁN
EL OBISPO DE SAN SEBASTIÁN comparecerá
ante los medios esta tarde, A LAS 17:00 horas para informar sobre el caso de
abusos a menores relacionado con el sacerdote de nuestra diócesis Juan Kruz
Mendizabal.
La rueda de prensa será a las 17:00 horas
en la sala IDATZ, de la
calle Urdaneta (en frente de Correos).
DONOSTIAKO GOTZAINAREN PRENTSAURREKOA
Gaur, 17:00 etan, Donostiako Gotzainak
komunikabideen aurrean agerraldia egingo du, gure elizbarrutiko apaiza den Juan
Kruz Mendizabalekin zerikusia duten adingabekoen gaineko abusu kasuez hitz
egiteko.
Prentsaurrekoa 17:00-etan
egingo da, IDATZ aretoan (Urdaneta kalean).
Durante
la Rueda de Prensa, Mons, Munilla informó
detalladamente también sobre el último caso conocido, manifestando con
firmeza el apoyo a las víctimas
y dirigiendo un llamamiento a
todas las personas
abusadas para que denunciaran en el Obispado todos los casos de los que tuvieran noticia.
Las palabras
del Obispo no dejaron lugar a
dudas:
RUEDA DE PRENSA (12-01-2017)
Como es público, antes de ayer dimos a
conocer un comunicado dando noticia del proceso canónico realizado en este
obispado de San Sebastián al presbítero D. Juan Kruz Mendizabal, en el que fue
declarado culpable de abusos contra dos menores (en grado de tocamientos
deshonestos), cometidos en año 2001 y en el año 2005.
En ese comunicado, se daba cuenta de cómo
en marzo del año pasado recibimos la denuncia de los dos afectados, quienes
manifestaron su decisión de recurrir a la justicia de la Iglesia, declinando
nuestra invitación a que presentaran su denuncia en el ámbito civil. La
petición de estas dos personas adultas, que actualmente superan los 30 años de
edad, fue acogida, respetando su derecho a que el caso fuese llevado en la
intimidad.
Completado el proceso canónico, en el que
D. Juan Kruz Mendizabal se declaró culpable, fue removido de sus cargos, y
recibió una sentencia de limitación en el ejercicio tutelado
de su ministerio, con la obligación de seguir una terapia psicológica y
espiritual.
En
el transcurso de estas Navidades, las dos víctimas afectadas tomaron la
decisión de denunciar ante la opinión pública lo acontecido, habida cuenta de
que corrían rumores de la existencia de un tercer caso, que, a día de hoy, no
ha podido ser confirmado. (Al respecto de este tercer hipotético caso no confirmado,
quiero decir que este obispado ha realizado las gestiones oportunas para
intentar verificarlo, sin poder conseguir el testimonio directo del supuesto
afectado. En cualquier caso, estamos en contacto directo con la fiscalía, en
cuyas manos ponemos los datos recabados en nuestras indagaciones).
En
el momento en que las dos víctimas decidieron hacer público su caso, con el
deseo de ayudar a que aflorasen otros posibles casos ocultos, nosotros hicimos
público inmediatamente nuestro comunicado, dando cuenta del proceso canónico
contra el sacerdote D. Juan Kruz Mendizabal.
Pues
bien, los hechos se han precipitado, y esta misma mañana se ha presentado ante
este obispo una nueva denuncia contra el mismo presbítero, D. Juan Kruz
Mendizabal, por hechos similares acontecidos en el año 1994. El denunciante ha
manifestado los hechos acontecidos entonces, refiriéndolos con una serie de
detalles que les otorga un alto grado de verosimilitud.
El
denunciante ha manifestado su deseo de presentar su caso, tanto en sede civil
como en sede eclesial, por lo que me he puesto en contacto esta misma mañana
con el Fiscal General, el Sr. Galparsoro, consensuando la forma de llevarlo a
cabo.
Por
nuestra parte, y sin prejuzgar por ello la presunción de inocencia con respecto
a este nuevo caso que todavía no ha sido juzgado, he dictado un decreto con una
serie de medidas preventivas, dada la verosimilitud del caso, disponiendo lo
siguiente:
1. Prohibición
del ejercicio público del ministerio sacerdotal al Rev. Mendizábal Irízar.
2. Obligación de
residir en un monasterio, teniendo que solicitar permiso al obispo para salir
de él.
3. Obligación de
proseguir su acompañamiento espiritual y su terapia psicológica en curso.
4. Prohibición de
todo contacto con menores si no es en presencia de otro adulto.
En este momento, ante todo y sobre todo,
quisiera manifestar mi petición más vehemente de que afloren cualquier tipo de
abusos sexuales cometidos contra menores en el seno de nuestra Iglesia (así
como en otros ámbitos). Creo que lo acontecido es una gran oportunidad para
ello, y quiero manifestar mi convencimiento de que tal paso sería grandemente
beneficioso para todos: para las víctimas, porque les ayuda a sanar; para los
agresores, porque desenmascara la mentira de su vida y les llama a la
conversión; para la Iglesia, porque requiere de nosotros una profunda revisión;
y para el conjunto de la sociedad, porque estamos antes un problema del que no
está exento nadie. La verdad es buena para todos. No tenemos miedo alguno a que
algunos sectores vayan a aprovechar esta ocasión para denigrar la labor de la
Iglesia en su conjunto. Como dijo Jesús de Nazaret: “La verdad nos hará
libres”. Insisto, es el momento de mostrar nuestro compromiso inequívoco con la
inocencia de la infancia y de la adolescencia, nuestra solidaridad con las
víctimas y sus familias; además de una oportunidad magnífica para testimoniar
el amor a la verdad. Nosotros no somos dueños de la Palabra de Dios, sino
siervos de ella.
Ante los comentarios escuchados estos
días, quiero aclarar dos extremos:
1.- La
Iglesia tiene el derecho nativo y propio, llamado derecho canónico; y, por
tanto, cuenta con los medios jurídicos necesarios, cumulativos a los del fuero
penal-civil, para establecer penas que priven a los fieles de cualquier bien
espiritual o temporal (can. 1312 §2 CIC), tratando responsablemente y con plena
libertad aquellos delitos que lesionan la comunión eclesial. Esta capacidad
está reconocida en los acuerdos Iglesia Estado, no solo en España sino en la
práctica totalidad de las naciones democráticas.
2.- Se da la circunstancia de que la legislación
particular eclesial que trata los delitos contra menores, se encuentra entre
las más severas en comparación con otras regulaciones penales, pues entre otros
mecanismos, cuenta con largos plazos para la prescripción del delito y ésta pudiera
incluso derogarse.
Hechas
estas aclaraciones, termino subrayando que, en consonancia con la moral y la
disciplina de la Iglesia ,
en nombre propio y del conjunto de los fieles de esta Comunidad diocesana,
manifiesto mi más firme y enérgica condena de toda forma de abuso sexual de
menores, mayormente si dicho abuso es cometido por un sacerdote. Pido perdón en
nombre de la Iglesia a las víctimas y familiares, por el daño que han sufrido
en nuestro seno. Lo acontecido es algo absolutamente contradictorio con el
mandato evangélico, ya que la Iglesia está llamada a ser un espacio de libertad
en el que, con absoluta seguridad, todos podemos desarrollar íntegramente
nuestra vocación a la plenitud humana y espiritual. Por este motivo, en mi
calidad de pastor de esta Iglesia particular, no cejaré en mi empeño por tratar
con justicia y equidad todo caso de abusos contra menores. No vamos a cejar en
nuestro empeño, hasta que este mal esté totalmente erradicado.
Quiero
agradecer a la Santa Sede la ayuda que nos está prestando para gestionar el
caso presente. Hemos conocido en nuestra propia experiencia, hasta qué punto
las disposiciones del Papa a este respecto nos han ayudado a actuar con
firmeza, al mismo tiempo que con proporción y gradualidad.
Permitidme
que transmita una última palabra específica a todos los fieles de la Iglesia,
aunque espero dirigirles una palabra de sentido y de esperanza en el contexto
de la homilía del próximo domingo. Me conmueve veros rezando en estos días. No
os quepa la menor duda de que vuestra oración será fecunda; y quiero que
sepáis, que lo está siendo ya.
Vídeo
y audio con la rueda de prensa completa
A pesar de que las actuaciones
de la Diócesis han sido claras, contundentes y un ejemplo de transparencia
informativa, los medios de comunicación locales han dedicado
amplios espacios informativos con imágenes
del sacerdote procesado en primera plana o reportajes a doble
página, numerosos artículos de opinión…
Algunos analistas opinan que
este despliegue informativo de los
medios locales no guarda proporción con
otros lamentables también casos de
abusos perpetrados en Euskadi desde otros ámbitos y tratados con menos alarde y
mayor discreción y mucho menos publicitados.
En cualquier caso, la
Iglesia en Gipuzkoa ha celebrado
las eucaristías del domingo 15 con espíritu de
reparación y desagracio por los
lamentables hechos delictivos y antievangélicos.
En la homilía de Mons. Munilla durante
la Misa celebrada
en la Catedral del Buen Pastor se
trasluce sin ambages este sentir
junto a una visión esperanzada que brota
del amor a la verdad y la confianza
en el Señor en un espíritu de sincera
purificación:
Queridos hermanos:
Soy consciente de que muchos de vosotros habéis pedido
al Espíritu Santo que ilumine estas palabras que me dispongo a pronunciar. Os
lo agradezco, y como podéis suponer, yo también lo he hecho. Pero, entendedme, que
lo que le hemos pedido al Espíritu Santo, no es un discurso redondo y sin
arista alguna, en el que todo el mundo quede contento… Lo que le hemos pedido
es que estas palabras, y sobre todo, las lecturas de la Palabra de Dios que
hemos escuchado, así como la celebración eucarística misma, sirvan para cuestionar,
iluminar, purificar, fortalecer, consolar, reparar…; en una palabra, para dar
esperanza en unos momentos tan duros.
Nuestra sociedad, y de una forma
especial nuestra Diócesis, se ha sentido conmovida por la noticia de que un
sacerdote que gozaba de una gran popularidad entre nosotros, y que además,
había ejercido importantes cargos en la pastoral diocesana, anteriormente como
responsable de la Pastoral juvenil, y más recientemente como Vicario general, cometió
actos de abusos sexuales contra menores...
La gravedad de este tipo de abusos a
menores, es especialmente grande, ya no únicamente por la materialidad del hecho,
sino porque han sido actos cometidos aprovechándose de la confianza que se le
otorga a un adulto, en su condición de padre, de familiar, de profesor, de
entrenador, o de sacerdote –en nuestro caso presente-… La condición de presbítero,
ministro sagrado de Jesucristo, añade un plus especial de gravedad, por la
contradicción tan evidente entre esos actos y la santidad del ministerio
sacerdotal y su mensaje evangélico.
En primer lugar, quiero recordar las
palabras que pronuncié en la rueda de prensa del pasado jueves:
«En nombre propio y del conjunto de los fieles de esta Comunidad
diocesana, manifiesto mi más firme y enérgica condena de toda forma de abuso
sexual de menores, mayormente si dicho abuso es cometido por un sacerdote. Pido
perdón en nombre de la Iglesia a las víctimas y familiares, por el daño que han
sufrido en nuestro seno. Lo acontecido es algo absolutamente contradictorio con
el mandato evangélico, ya que la Iglesia está llamada a ser un espacio de
libertad en el que, con absoluta seguridad, todos podemos desarrollar íntegramente
nuestra vocación a la plenitud humana y espiritual”
Y me
reitero en el siguiente llamamiento que hice a continuación:
«En mi condición de pastor de esta Iglesia particular, no cejaré en mi
empeño por tratar con justicia y equidad todo caso de abusos contra menores.
Por ello, pido que
afloren cualquier tipo de abusos sexuales cometidos contra menores que hayan
podido cometerse en el seno de nuestra Iglesia, así como en otros ámbitos. Creo
que lo acontecido es una gran oportunidad para ello, y quiero manifestar mi
convencimiento de que tal paso sería grandemente beneficioso para todos: para
las víctimas, porque les ayuda a sanar; para los agresores, porque desenmascara
la mentira de su vida y les llama a la conversión; para la Iglesia, porque
requiere de nosotros una profunda revisión; y para el conjunto de la sociedad,
porque estamos ante un problema del que no está exento nadie. La verdad es
buena para todos. No tenemos miedo alguno a que algunos sectores vayan a
aprovechar esta ocasión para denigrar la labor de la Iglesia en su conjunto, o
la credibilidad de su mensaje. Como dijo Jesús de Nazaret: “La verdad nos hará
libres”. Insisto, es el momento de mostrar nuestro compromiso inequívoco con la
inocencia de la infancia y de la adolescencia, nuestra solidaridad con las
víctimas y sus familias; además de una oportunidad magnífica para testimoniar
el amor a la verdad. Nosotros no somos dueños de la Palabra de Dios, sino
siervos de ella».
Dicho esto, añado que mi agenda queda disponible
para atender de forma prioritaria los casos que puedan presentarse. Quiero
también que sepáis que estamos reorientando la programación pastoral para el
presente curso, de forma que sepamos responder al reto presente:
1.- La implementación en nuestra
Diócesis de la legislación civil sobre protección de menores, según la cual,
todos aquellos que trabajen con menores deben obtener su certificado de estar
libres de antecedentes penales en materia de delitos de naturaleza sexual. La
aplicación de esta disposición legal entre nosotros, se extiende tanto a los laicos,
como a los religiosos como a los sacerdotes que desarrollemos nuestra labor
pastoral con niños y adolescentes. Aclaro que la implementación de esta
legislación ya había sido iniciada antes de esta crisis.
2.- En las jornadas, retiros y ejercicios
espirituales programados para la formación permanente del clero, se abordarán y
desarrollarán los temas relativos a la madurez afectiva sexual, así como al
conocimiento de las patologías en su desarrollo; integrándolos en la formación
espiritual. Estos temas también serán abordados desde las diversas delegaciones
pastorales: familia, juventud, inmigrantes, etc.
3.- Hacemos un llamamiento a redoblar
la oración y la penitencia, como instrumentos indispensables en la lucha contra
el mal. La participación en el sacramento de la penitencia, en la Santa Misa,
la adoración eucarística, así como el rezo del Santo Rosario, son medios
preciosos para ello.
Permitidme que dirija una palabra con
respecto a nuestros sacerdotes, y lo voy a hacer partiendo de una anécdota
ocurrida en estos días que me compartía uno de ellos:
A las pocas horas de que se hubiesen
hecho públicos estos hechos en los medios de comunicación, este sacerdote tenía
su cita semanal con un adolescente a quien le ofrece un apoyo extraescolar en
sus estudios (tal vez por motivos de falta de recursos económicos de la
familia, o por otras razones que desconozco…). Cuando el adolescente se
encuentra ante nuestro sacerdote, descubre que éste tiene los ojos llenos de lágrimas,
y le pregunta qué le pasa:
.-
Quiero que sepas que un amigo sacerdote ha abusado de unos chicos de tu edad, y
por eso hoy estoy especialmente triste…
.-
¿Y hoy no me vas a dar la clase?
.-
Mira, cuando una cosa así la hace un profesor, a nadie se le ocurre pensar que
sus hijos tengan que dejar de ir al colegio. Y lo mismo, cuando lo hace un
entrenador: nadie piensa que sus hijos tengan que dejar de hacer deporte. Pero a
veces ocurre que, cuando lo hace un cura, algunos piensan que los hijos tienen
que dejar de ir a la Iglesia…. Por eso, igual es mejor que te vayas a casa, y
le cuentes a tus padres lo que te he dicho…
Por la noche, el sacerdote recibió un
wassap que decía: “Lamentamos mucho lo
que ha ocurrido con su amigo sacerdote. Queremos que sepa que nosotros tenemos
plena confianza en usted y le agradecemos la labor que hace con nuestro hijo.
Esta familia no olvidará nunca el testimonio de honestidad que hoy hemos visto
en usted”.
Queridos hermanos, como el Papa Francisco dijo no hace
mucho: “Los sacerdotes son como los
aviones, solo son noticia cuando caen”… Un avión estrellado, llena las portadas de los
periódicos, abre los telediarios…. colapsa los teletipos, es “trending topic”
en las redes sociales…. Y sin embargo, sabemos que en este mismo momento, hay
unos once mil aviones volando, y que a lo largo del día hoy, se van a realizar
unos 100.000 vuelos.
¡Es profundamente injusto que la
entrega de toda una vida a la causa del Evangelio y al servicio de los más
necesitados, se vea puesta en cuestión por la sospecha que genera la traición
de un compañero!
Vamos a apoyar a nuestros sacerdotes
con alma, corazón y vida; conscientes de lo que decía el santo patrono de los
párrocos, el Santo Cura de Ars: “El
Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús”.
Aquel mismo día en se hicieron públicos
los hechos, marché a Pamplona a cenar con nuestros seminaristas, por entender
que necesitaban un cuidado especial al recibir esta noticia: hablamos,
lloramos, rezamos, contrastamos… y cuando regresaba a casa por la autovía de
Leizarán, los seminaristas me enviaron un mensaje diciendo: “¡Señor obispo,
vamos a llenar el seminario!”
Y quiero decir también una palabra referida a nuestro
hermano Juan Kruz Mendizabal: Ha sido tan grande la presión mediática y la
alarma social generada, que una catequista me decía que tenía miedo a invitar a
rezar por él y por su familia…, por temor a que eso pudiera ser entendido como
corporativismo o como un signo de equidistancia…
Pero eso, queridos hermanos, no es ni corporativismo
ni equidistancia, sino puro Evangelio; eso es ser simplemente cristiano. Lo que
no es cristiano, ciertamente, es hacer leña del árbol caído y ensañarse con
alguien en sus peores momentos… Y cómo olvidar la inolvidable expresión de
Jesús, nuestro Señor, pronuncia ante los fariseos que querían apedrear a la
pecadora: “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.
Para intentar decir una palabra a este respecto, he
estado revisando mi biblioteca, hasta que he encontrado un artículo que leí
siendo jovencito, y que me dejó profunda huella… Me ha costado, pero finalmente
lo he encontrado: Es de un sacerdote fallecido hace ya 25 años, que era también
periodista y un excelente literato (ganador del premio Nadar y del premio
Teatral de Autores). Se llamaba Jose Luis Martin Descalzo. El artículo al que
me refiero llevaba como título “Quemar a
Judas”…. y voy a leeros algunos párrafos:
«Desde hace muchos siglos,
en algunos lugares de Europa, se introdujo en la celebración popular de la
Semana Santa la quema de algunos monigotes representativos de Judas: ¡¡Mandemos
a la hoguera al apóstol traidor!!… Pero yo me pregunto si esa ceremonia sería verdaderamente
cristiana, o si no sería una ceremonia dramáticamente pagana….
Porque ocurre que, acaso el Iscariote no solo está entre nosotros, sino
que somos todos y cada uno de nosotros: ¿Quién, en su vida real, no ha
traicionado miles de veces las verdades más queridas? ¿Quién no ha violado sus
más hondos sentimientos y malversado sus más formales promesas? ¿Quién no se ha
cambiado de chaqueta y orientado hacia el sol que más calienta? ¿Quién no se ha
«acomodado» a las nuevas circunstancias? ¿Quién no ha ignorado a su prójimo,
que no es otro sino Cristo?
Acaso Judas ha tenido y tiene muchos
más seguidores que el propio Cristo…. Y es malo reírse de sus treinta monedas.
¿Acaso los motivos por los que nosotros traicionamos valen más que ese
miserable precio? ¿Es que una vanidad, un odio, una venganza, una pizca de
seguridad o un puesto de mando son en rigor más valiosos?
Mejor será, por si acaso, no quemar a Judas, porque
arderían nuestras almas con él… Entremos en la política, en el trabajo, en las
mismas iglesias y gritemos desde la puerta «¡Judas!». Veréis cómo millares
vuelven –volvemos— la cabeza…
Mejor entendía las cosas aquel niño que
a principios de siglo sentía una profunda pena por el apóstol traidor. Aquel
niño –George Bernanos se llamaba— dedicaba todos sus ahorros infantiles a
mandar decir misas por el alma de Judas. Y como temía que los curas rechazasen
sus intenciones si decía por quién las aplicaba, manifestaba en la sacristía que las ofrecieran “por un alma en
pena”.
Tal vez el pequeño Bernanos intuía que,
en realidad, aplicaba sus misas por la humanidad entera. Por nosotros»
Hasta aquí la cita
del artículo Martin Descalzo… Y tal vez sea apropiado añadir un sucedido
narrado por el referido Bernanos, quien llegaría a ser un conocido novelista,
autor del famoso “Diario de un cura rural”.
Contaba Bernanos cómo
en un pueblo francés tenía lugar en pleno Viernes Santo una representación
teatral de la Pasión de Cristo. En el momento en que Judas escenificaba su
desesperación después de haber traicionado a Jesucristo, en un dramático
monólogo, el apóstol traidor exclamaba: “¿Qué
haré después de lo ocurrido? ¿Quién me acogerá? ¿A dónde podré ir?”….
En medio del
silencio conmovedor de aquel teatro, se escuchó con nitidez la voz aguda de una
niña que en su inocencia le pregunta a su madre: “Mamá, ¿y por qué no va a donde la
Virgen?”.
Pues sí, queridos
hermanos, vamos a acudir a Ella, a la Madre del Buen Pastor, y os invito a
ponernos en este momento de rodillas para dirigirle la siguiente oración:
María, madre del
Buen Pastor, madre de la Iglesia, madre de los hijos más pequeños, débiles y
vulnerables… En estos días te hemos dirigido muchas oraciones, pero en este
momento queremos hacerlo todos juntos, como familia, de rodillas ante ti,
sabiendo que eres reina y madre de misericordia.
Maria,
Artzain Onaren Ama, Elizaren ama, txikien, ahulen eta erasotzen errazak direnen
Ama... Otoitz asko egin dizugu egun hauetan, baina orain elkarrekin egiten
dizugu otoitz, familia bezala zure aurrean ahuspezturik, errukiaren ama eta
erregina zarela jakinik.
Con el mismo amor y
atención con que tomaste en tus brazos al pequeño Jesús, te pedimos que tomes
en tus brazos y que cuides de quienes han sufrido abusos, especialmente en el
seno de nuestra Iglesia. ¡¡Son tus hijos predilectos!! Quisiéramos que así lo
sintieran y lo llegasen a experimentar.
Jesus
txikia zure besoetan hartu zenuen maitasun berarekin zure besoetan har itzazu
eta zaindu abusuak sufritu dituzten guztiak, bereziki Elizaren baitan sufritu
dutenak. Horiek dira zure seme kuttunak! Hala senti daitezen nahi dugu, bizipen
hori izatera iritsi daitezela!
Te pedimos también
por el sacerdote que ha realizado este daño tan grande, otórgale la gracia de
una profunda conversión…; y de una forma muy especial queremos pedirte por su
familia: Dales a todos ellos el consuelo que solo Tú sabes dar…
Horrenbesteko
mina eragin duen apaizaren alde eskatzen dizugu, emaiozu bihotz-berritze
sakonaren dohaina...; eta era berezian beraren familiarentzat eskatzen dizugu:
emaiezu Zeuk bakarrik eman dezakezun pozbidea...
Madre del Buen
Pastor, te pedimos también por esta Diócesis de San Sebastián, condúcenos de la
mano y enséñanos a ser testigos del amor del Corazón de tu Hijo… Por
nuestra parte, querida Madre, nos comprometemos a disponernos en el camino de
la renovación y de la conversión, necesario para que nuestra Iglesia sea
fidedigna a la hora de proclamar el mensaje del Evangelio...
Artzain
Onaren Ama, Donostiako gure Elizbarrutiaren alde eskatzen dizugu, eraman
gaitzazu eskutik eta erakuts iezaiguzu zure Semearen bihotzeko maitasunaren testigu
izaten... Gure aldetik, Ama maite, berritzeko eta bihotz-berritzeko hitza
ematen dugu, beharrezkoa baita hori, Ebanjelioa iragartzeko garaian gure Eliza
sinesgarri izateko.
Vídeo completo con la homilía:
Informó: Rafael Hernández Urigüen, Corresponsal de la Revista Palabra
en Euskadi-País Vasco. Redactor
en Donostia-San Sebastián. Textos e
imágenes facilitados por la Delegación de MCS de la
Diócesis. Comentarios propios del redactor
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