LAS DIÓCESIS
VASCAS CELEBRAN LA SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN
BILBAO
15 de
agosto de 2016
Mons. Mario Iceta ha
presidido la Eucaristía a las 12 del mediodía en la Basílica de Begoña con una presencia de pueblo que, como en años anteriores,
rebosaba la nave del templo y seguía la celebración desde el atrio de la Basílica.
La homilía del Obispo de Bilbao se ha centrado en el texto del
Apocalipsis en el que la Mujer aplasta la cabeza del Dragón haciendo una llamada a difundir las obras de misericordia que vencen el mal que
actualmente daña a tantas vidas por la pobreza, el paro, la violencia y otras
lacras que son manifestaciones del Mal. El ejemplo de María que acude con
prontitud en ayuda de su pariente Isabel ha de motivar acciones concretas
de servicio por parte de los creyentes sin excluir a nadie.
Durante la celebración han
estado presentes autoridades municipales y autonómicas
encabezadas por el alcalde Juan María Aburto y en representación
de lehendakaritza ha asistido Josu Erkoreka.
El templo permanecerá abierto
durante el mediodía para todas aquéllas personas que quieran orar en el mismo.
La festividad proseguirá hasta la Salve de las 21 horas, con la que finalizará
una fiesta que comenzó hace nueve días, con la tradicional Novena.
Eucaristías por la tarde
Tras el breve receso del mediodía,
se celebrarán misas por la tarde, a partir de las 17 h. Las eucaristías tendrán
lugar cada hora y, en la de las nueve de la noche, se cantará la tradicional
Salve popular.
Se calcula que unas
150.000 personas han visitado a
lo largo de este 15 de agosto la Basílica
de Nuestra Señora de Begoña,
Patrona de Bizkaia
SAN SEBASTIÁN-DONOSTIA:
La capital guipuzcoana ha comenzado la celebración de la Virgen de
víspera con la tradicional Salve, esta vez la de Recife, interpretada por el Orfeón Donostiarra en la Basílica de Santa María del Coro, presidida por Mons.
José Ignacio Munilla.
Puede consultarse
toda la información con sus
audiovisuales en este enlace:
Vídeo de la Salve:
Vídeo de la Homilía
pronunciada por el Obispo de San Sebastián:
El Lunes
15 de Agosto, Mons Munilla ha presidido
la Misa de la Solemnidad de la Asunción durante la que pronunciaba la homilía profundizando en el
sentido cristiano de la corporeidad
centrada en la importancia de vivir la obra de misericordia que convoca a enterrar a los muertos: a continuación el Obispo Donostiarra se ha referido a la dignidad del cuerpo
humano propugnando una ecología de la
corporeidad y finalmente ha hecho una llamada
a la esperanza trascendente que va más allá de optimismos superficiales
y se apoya en la Misericordia de Dios, y pidiendo a nuestra
Madre Asunta a los Cielos que reciba nuestra “espera” y la transforme en “esperanza”;
que acoja nuestros “deseos” y los purifique hasta transformarlos en “voluntad
de Dios”.
A continuación se transcribe la Homilía de Mons. Munilla completa :
¡Hablemos de la Asunción de María!
(La Asunción, 2016)
Queridos sacerdotes concelebrantes, queridas autoridades,
queridos fieles donostiarras y visitantes que disfrutáis de estas fiestas entre
nosotros; queridos todos, hijos de Dios, y por su gracia, hijos también de
María:
El 15 de agosto la Iglesia Católica celebra la solemnidad de
la Asunción de María a los Cielos… ¿Qué
es lo que confesamos en este día, que en el año 1950 fue declarado como dogma
de fe por el Papa Pio XII? María, la Madre de Dios, inmaculada y siempre
virgen, al terminar el curso de su vida terrena fue asunta en cuerpo y alma a
la gloria celestial. A diferencia del resto de los santos, los cuales gozan
solo en alma de la visión de Dios en el Cielo, a la espera de que su cuerpo
participe de la gloria de la resurrección de Cristo al final de los tiempos; María
participa plenamente del Cielo desde el mismo momento de su muerte; no solo con
su alma, sino también con su cuerpo.
Los teólogos especialistas en mariología han explicado el
sentido de esta “singularidad” de María: Ella ha sido la persona humana más
unida a la misión de su Hijo, salvador y redentor de la humanidad, lo cual la
une al destino eterno de su Hijo de forma especial. Así lo dice bellamente la
liturgia de hoy: “no quisiste que
conociera la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu Santo,
concibió en su seno al autor de la vida”.
Pero no se trata exclusivamente de la fiesta de la unión de
la Madre con su Hijo resucitado; sino que se trata de una fiesta en la que celebramos
la esperanza de lo que Dios quiere realizar en todos nosotros. La Asunción al
Cielo es la reverberación de la resurrección de Jesucristo en el miembro más
eminente de la Iglesia, que se convierte en un gran anuncio de lo que Dios
espera consumar en el resto de sus hijos. De esta forma, María es consuelo y
esperanza de los que peregrinos en la tierra.
Conviene que hagamos algunas aplicaciones concretas de las
enseñanzas derivadas de nuestra fe en la Asunción. Refiero brevemente tres de ellas:
1.- Hagamos una aplicación a la última de las obras de
misericordia corporales: “Enterrar a los
difuntos”: En efecto, la salvación de Dios, como contemplamos en María,
alcanza al hombre entero; cuerpo y alma. En efecto, nuestro cuerpo –y no solo
nuestra alma o espíritu— está llamado a la salvación eterna. En coherencia con
esto, la fe católica rechaza de lleno la creencia en la reencarnación, por
cuanto ésta supone una minusvaloración de la corporalidad… Precisamente, la fe
cristiana es la fe en la “encarnación”, es decir, la fe que confiesa que Dios
asumió la carne humana por toda la eternidad. Digámoslo de un modo claro: ¡Dios
tiene cuerpo humano! Sí, me refiero a la humanidad de Jesús engendrada en las
entrañas de la Virgen María. La fe cristiana es incompatible con los dualismos de
corte reencarnacionista que se difunde en nuestros días, al amparo de una
espiritualidad difusa que se conoce con el nombre de “New Age” o “Nueva Era”.
Por ello, la fiesta de la Asunción de María a los Cielos,
nos invita a cuidar especialmente de la última de las obras de misericordia
corporales: “enterrar a los difuntos”.
En efecto, de nuestra la fe cristiana en la resurrección de los muertos, se
deriva la piadosa práctica de dar sepultura al cuerpo de los difuntos. Es una
consecuencia práctica de nuestra fe en la resurrección de los cuerpos, que están
llamados a unirse con sus almas en la parusía final. No en vano, la etimología
latina del término “cementerio” significa, ni más ni menos que, ¡dormitorio! Y
no está de más recordar que la legítima incineración de los cuerpos no anula la
obra de misericordia que nos pide dar sepultura a los difuntos.
2.- Ecología del
hombre; respeto a nuestra corporalidad: Frente a la tendencia dualista que
tiende a disociar la materia del espíritu o el cuerpo del alma; la fiesta que
hoy celebramos nos recuerda que el ser humano es una unidad sustancial de
cuerpo y alma. Nuestro cuerpo no es una especie de “prótesis”, que podamos manipular
o cambiar a nuestro antojo. El cuerpo es el icono del alma. No es “algo” sino
que es “alguien”, soy “yo” mismo. Por lo tanto, cuando “jugamos” con nuestro
cuerpo, lo hacemos con nuestra propia alma, es decir, con nuestra propia
persona. Transcribo unas palabras de la encíclica “Laudato Si” que el año
pasado publicó el papa Francisco, en la que aboga por una ecología integral, y
no solo por una ecología animal, vegetal o mineral: “La ecología humana implica algo muy hondo: la necesaria relación de la
vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria
para poder crear un ambiente más digno. Decía Benedicto XVI que existe una
«ecología del hombre» porque «también el hombre posee una naturaleza que él
debe respetar y que no puede manipular a su antojo»” (LS 155)
3.- Esperanza
trascendente: La fiesta de la Asunción es una invitación a que elevemos
nuestras “esperanzas” hacia una “esperanza trascendente”... Alguien dijo que
quien carece de una verdadera “esperanza”, vive invadido por multitud de deseos:
deseos materiales, miopes, cortoplacistas, etc… Y es que, en última instancia,
la esperanza no es otra cosa que la fe en el Dios fiel y misericordioso. Decía
San Agustín que: “Hay dos grandes
peligros: vivir sin esperanza, y vivir con una esperanza sin fundamento”.
Si no tenemos fe, nuestra esperanza corre el riesgo de reducirse a un optimismo
voluntarista. Por ello, el Papa Francisco gusta de repetir: “No me gusta la palabra ‘optimismo’ porque
expresa una mera actitud psicológica. Me gusta más usar la palabra esperanza”.
El mismo Francisco añade: “La esperanza es como la levadura, la que hace que el alma sea grande”.
En definitiva, queridos hermanos, le pedimos a nuestra Madre
Asunta a los Cielos que reciba nuestra “espera” y la transforme en “esperanza”;
que acoja nuestros “deseos” y los purifique hasta transformarlos en “voluntad
de Dios”.
Os deseo unas felices fiestas de Semana Grande, en las que
se visualice la riqueza del encuentro respetuoso entre las sensibilidades tan
diversas existentes en nuestra sociedad; abiertos siempre a la comunión. ¡Feliz día de la Asunción de María a los
Cielos!
Hitz egin dezagun Mariaren Jasokundeaz!
(Jasokundea, 2016)
Apaiz elkarmeza-emaileok, herri agintariok, fededun donostiarrok nahiz
jaiak gurekin gozatzera etorri zaretenok; maite-maiteok, Jainkoaren seme-alaba
eta Haren graziaz Mariaren seme-alaba ere bazaretenok:
Abuztuaren 15ean, Mariaren Zerura Jasotzearen festaburua ospatzen du Eliza
Katolikoak. Zer ospatzen dugu 1950ean Pio XII.a Aita Santuak fedearen dogma
aitortutako misterio honetan? Maria, Jainkoaren Ama, sortzez garbia eta beti
birjina dena, bere munduko bizitza burututa gorputz eta arima zeruko aintzara
jasoa izan zela. Beste santuek ez bezala, arimaz bakarrik bizi baitute hauek
Jainkoa zeruan ikustea, beraien gorputzek azken egunean Kristoren piztueraren
aintza parte izan dezaten arte; Mariak bete-betean parte hartzen du zeruan bere
heriotzaz geroztik; ez arimaz bakarrik, baita gorputzez ere.
Mariologian adituak diren teologoek, agertu izan dute amaren “berezitasun”
honek duen zentzua: Bera izan da salbatzaile eta gizadiaren erosle den Semearen
misio egintzari lotuena egon den persona, eta horrek era berezian lotzen du
ebra Semearen betiereko etorkizunarekin. Hala dio era bikainean gaurko liturgiak:
“ez duzu utzi hilobian usteltzen, zure Semea birgarriro sortu zuen amaren
gorputza: biziaren iturria munduari eman
zion gorputz garbia”.
Jai hau ez da ordea, Amak bere Seme piztuarekin duen batasuna ospatzeko
bakarrik; Jainkoak gugan egin nahi duenaren itxaropena ospatzeko jaia ere bada.
Jesu Kristoren piztuera Elizaren kide garrantzitsuenarengan islatzea da
Jasokundea, eta Jainkoak beste seme-alaba guztiengan bere betera eraman nahi
duenaren iragarpen bikain bihurtzen da. Era honetan, kontsolemendu eta
itxaropen gertatzen da Maria munduan erromes garenontzat.
Jasokundearengan dugun fedetik eratorritako irakaspenak aintzakotzat hartu
eta jarraibide izatea komeni da. Horietako hiru aipatuko ditut era laburrean:
1. Gauzatu dezagun gorputzeko azken erruki-egintza: “Hildakoei lur ematea”:
Izan ere, Jainkoaren salbamenak, Mariarengan ikus dezakegun bezala, gizaki osoa
hartzen du; gorputz eta arima. Gure gorputza, noski, -ez gure arima edo
espiritua bakarrik- betiereko salbamenera deitua dago. Horrekin bate etorriz,
fede katolikoak baztertu egiten du berraragitze edo reenkarnazioa, gorpuztasuna
gutxiestea baita hori... Ian ere, Izan ere, kristau fedeak “gizon egitea”,
“haragi hartzea” sinesten du, Jainkoak giza haragia beregan betiko hartu zuela
aitortuz. Esan dezagun garbi: Jainkoak giza gorputza du! Bai, Maria Birjinaren
erreietan sortutako Jesusen gizatasunaz ari naiz. Kristau fedea bateraezina da
egun zabalduak dauden eta berraragitzearekin zerikusia duten dualismoekin; “New
Age” edo “Aro berria” bezala ezagunak diren espiritualitate zehaztugabeen
babesean hedatzen dira horrelako sineskeriak.
Horregatik, Mariaren Zerura Jasotzearen jaiak gorputzeko azken
erruki-egintza era berezian zaintzera garamatza: “hildakoei lur ematea”. Bai
horixe, hildakoen piztueran kristau eran sinestetik sortua da hildakoen gorpuei
lur-ematearen ohitura ederra. Gorputzaren piztueran sinestearen ondorio da
ohitura hori, azken egunean gorputzak eta arimak bat egitera deituak izango
baitira. Ez alferrik, “cementerio” hitzaren etimologia latinoak hauxe esan nahi
du: “lotarako toki”. Ondo dago gogoratzea, gorputzak erretzearen ohiturak,
zilegia denak, ez duela baztertzen hildakoei lur ematea eskatzen digun
erruki-egintza.
2. Gizakiaren ekologia; gure gorpuztasunaren izatearen begirunea: badira
dualismoak materia espiritutik edo gorputza arimatik bereizteko joera dutenak;
gaur ospatzen dugun jaiak gogoratzen digu gizakia gorputz eta arimaren berezko
batasuna dela. Gure gorputza ez da geure gogora erabili edo aldatu dezakegun
“protesi” bat. Beraz, gure gorputzarekin “jolasean” gailtzanean, gaure
arimarekin, hau da, gaure buruarekin “jolasean” gabiltza. Hala dio joan zen
urtean Frantzisko Aita Santuak argitaratutako “Laudato Si” entziklikak,
animalien, landaren edota mineralen ekologiaz gain, ekologia oso-osoa babestuz:
“Oso sakona den beste zerbait ere eskatzen du giza ekologiak: gizakiaren
bizitzak bere izatean idatzia duen moralarekiko harreman ezinbestekoa.
Benedikto XVI.ak zioenez, bada «gizakiaren ekologia»; izan ere «berak ere errespetatu
behar duen izatea du gizakiak ere, eta ezin du bere nahierara manipulatu»” (LS
155).
3. Haraindiko itxaropena: Jasokundearen jai hau gonbidapena dugu, gure
“itxaropenak” jaso ditzagun “haraindiko itxaropen” bihur daitezen... Norbaitek
esana da, egiazko “itxaropenik” ez duena, milaka desirak inguratzen duela:
desira materialak, ikusmena mugatzen dutenak, epe laburrera lortu
beharrekoak... Eta, azken finean, itxaropena ez da Jainko leial eta
errukitsuarengan sinestea besterik. San Agustinek esan zuen hauxe: “Ba dira bi
arrisku nagusi: itxaropenik gabe bizitzea eta oinarririk gabeko itxaropenarekin
bizitzea”. Federik ez badugu, gure itxaropena gogo oneko baikortasun hutsala
izan daiteke. Horregatik errepikatzen du askotan Frantzisko Aita Santuak: “Ez
dut atsegin ‘baikortasun’ hitza, jarrera psikologiko bat bakarrik adierazten du
eta. Gehiago atsegin dut itxaropen hitza erabiltzea”. Eta Frantzisko berak
esana da: ·”Itxaropena, legamia bezalakoa da, arima handiagoa bihurtzen du”.
Azken finean, senide maiteok, Zerura jasotako Amari hauxe eskatzen diogu:
gure “itxarotea” egiazko “itxaropen” bihur dezala; gure “desioak” onar ditzala
eta araztu “Jainkoaren nahia” bihurtu arte.
Aste Nagusi bikaina opa dizuet, gure gizarteko sentsibilitate ezberdinen
arteko elkar aberastea ikusgarri gerta dadila; bizi gaitezela batasunari
bihotza zabaldurik. Andre Mariaren Zeruratze egun zoriontsua!
Informó Rafael Hernández Urigüen. Textos e imágenes facilitados por las Delegaciones de MCS de las diócesis
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