MONS. MUNILLA AFRONTA EL
BULLYING EN EL ENCUENTRO DE ORACIÓN POR
LA PAZ CELEBRADO EN LA CATEDRAL DE DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN:
No se trata de hacer meros gestos, sino algo más profundo. Se trata
de amor. El marco de la convivencia humana no puede ser la mera “no agresión”,
sino el amor mutuo.
Palabras de D. José
Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, a los jóvenes reunidos en la Catedral
del Buen Pastor a las 12:00h. La Diócesis de San Sebastián realiza desde hace
diez años una Semana por la Paz, que consiste en un proceso reflexivo en el contexto
de las aulas con jóvenes de 14 a 18 años de edad; culminando con un encuentro
en la Catedral de San Sebastián, presidido por el Obispo.
Este año el tema
tratado ha sido el del Bullying, o acoso escolar, Y EL Obispo de Donostia San
Sebastián ha dirigido esta homilía a un
numeroso grupo de jóvenes escolares:
Catedral El Buen
Pastor, 1 de febrero, 12:00h
1.- Con frecuencia
el bullying es indicativo de numerosas fracturas interiores (desavenencias
familiares, rupturas de amistades, muros entre culturas y razas…) Por ello, es
básico cultivar la “comunión” a todos los niveles, propiciando el ambiente de
comunión y encuentro, en el que no nos identifiquemos unos a otros como
competidores, sino como parte de un proyecto compartido.
2.-En el bullying
llama la atención una agresividad que no parece tener ninguna justificación
práctica concreta, ni responder a causas externas… El bullying que se ceba en
la burla de los débiles, es al mismo tiempo, una muestra de máxima crueldad y
una muestra de máxima fragilidad… Tras esa violencia se esconde el drama de la
frustración de quien intenta esconder su crisis interior buscando protagonismo
y reconocimiento a través de un conflicto gratuito. La experiencia nos dice que
la violencia “gratuita” es una manifestación de poder que esconde una gran
inseguridad interior, que opta por la estrategia de una falsa huida para
adelante, sin sopesar el daño que se provoca a los otros.
3.- Desde el punto
de vista ético, las enseñanzas de Jesús en el Evangelio son determinantes. ¡Qué
distinto sería el mundo si tomase las siguientes palabras del Evangelio como su
norma de vida!: “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis
juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la
viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te
saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero
la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu
hermano…. Así, pues, todo lo que queráis
que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos” (Mt 7, 1-5 12.
4.- Para combatir el bullying, además del
argumento ético y moral, es también importante superar las barreras culturales
que nos dificultan expresar gestos de encuentro y comunión. El carisma del Papa
Francisco es iluminador para que entendamos la importancia de poner en valor
este tipo de signos de comunión: el abrazo, la sonrisa, la mirada cariñosa,
gestos de aprobación y paciencia… Como dice Francisco: “El bulismo es una
agresión que esconde una profunda crueldad. Por desgracia, ¡el mundo es cruel!
La única manera de vencerlo, es con signo de ternura”. Vosotros, los jóvenes,
podéis ser también protagonistas de estos signos de ternura del papa Francisco.
- Vamos a hacer una
“mini-encuesta” entre los que estáis aquí en la Catedral: ¿Cuántos de vosotros
disteis ayer un beso a un abrazo a vuestros padres o hermanos en casa?
- Los gestos de
ternura y solidaridad son muy importantes para cultivar nuestra sensibilidad en
favor de la comunión y la solidaridad. Por ejemplo, ha llamado la atención en
la opinión pública mundial el gesto realizado por cuatro jóvenes en la
recientemente finalizada Jornada Mundial de la Juventud de Panamá, quienes
elevaron a un compañero discapacitado en su silla de ruedas, para que pudiese
saludar el Papa, en el momento en que pasaba por las calles. La imagen se hizo
rápidamente viral…)
5.- Pero obviamente, no se trata de hacer
meros gestos, sino algo más profundo. Se trata de amor. El marco de la
convivencia humana no puede ser la mera “no agresión”, sino el amor mutuo. El
Evangelio es muy claro en su mensaje. Jesús vino a decirnos: “no os peguéis”;
sino “amaos unos a otros”. La alternativa cristiana a la violencia no es la
indiferencia, sino el amor. Habrá algunos que piensen que es un ideal
inalcanzable, pero la experiencia de muchísimas personas lo demuestra.
Voy a concluir con
una frase del Papa Francisco a los jóvenes en Panamá: “Vosotros estáis llamados
a desmentir y desautorizar todos esos discursos que se concentran y se empeñan
en sembrar división, en excluir o expulsar a los que ‘no son de los nuestros'”.
(VÍDEO CON LAS PALABRAS DE
MONS. MUNILLA)
Informó: rafael Hernández Urigüen. Textos e imágenes facilitados por la Delegación de MCS de la Diócesis
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